Title | Year | Artist | Country |
Nube - Illustrated encyclopedia of digital ecology | 2018 | Juan Pablo Pacheco | Colombia |
Fósiles de lo que podría haber sido o quizás será | 2019 | Miguel Angel Salazar & Carlos Iván Hernández. Texto de Andrés Cota Hiriart. | México |
Data radio | 2018 | Sol Bailey | UK |
TxtrMap_TerrainArray | 2019 | Brenna Murphy | EEUU |
La montaña adentro (respiración) | 2017 | Cristina Figueroa | Colombia |
Los migrantes | 2019 | Atractor | Colombia |
💻 (U+1F4BB | 2019 | Sebastian Mira | Colombia |
Bloemenveiling | 2019 | Anna Ridler | UK |
Obra en proceso | 2015 | Sonia Rojas | Colombia |
Sin medir distancias | 2017 | Juan Manuel Parra | Colombia |
Odd horizon | 2019 | Angie Rengifo | Colombia |
Desde hace tiempo, podemos decir que la humanidad se ha convertido en una
especie de piedra, en el sentido que la acción humana sobre la tierra se ha
empezado a notar como una capa tectónica más, tal como teoriza Bruno Latour. A
esta nueva era geológica se le ha dado el nombre Capitalocene, ya que es
específicamente el modelo económico reinante, el capitalismo tardío, el principal
culpable de la crisis ecológica que vivimos hoy. Es la necesidad de un mercado de
expansión constante y un fetichismo del crecimiento económico, lo que ha llevado al
ser humano al extractivismo y explotación desmedido que tarde o temprano acabará
con el frágil equilibrio del planeta.
ARTIFICIAL NATUREindaga cómo las tácticas usadas en la colonia se están reflejando y recreando hoy en día por medios digitales y tecnológicos: cuales son las dinámicas actuales en torno a el ordenamiento de la naturaleza y cómo los artistas responden a eso. Con su proyecto Nube_Enciclopedia Ilustrada de la Ecología
Digital Juan Pablo Pacheco por ejemplo nos muestra las conexiones lingüísticas
entre el mundo digital y el natural, haciendo paralelismos entre palabras que hacen
alusión típicamente al agua, que son utilizadas con frecuencia como lenguaje
utilizado para relatar la historia del vasto archivo digital que compone el Internet,
sobre todo a procesos sobre la fluidez;como por ejemplo los océanos de datos, las
nubes de almacenamiento, los surfers de la red, los piratas, etc. son parte de un
vernáculo que describe la cosmología digital, entendida por muchos como un
milagro pseudo-religioso e inmaterial. En un sentido similar, los artistas Mexicanos Carlos Iván y Miguel Ángel Salzar con su proyecto ‘Fósiles de lo que podría haber sido o quizás será’ buscan confrontar la multitud de quimeras digitales como si estuvieran pescando en aguas profundas. El acto es parecido a lo que sucede cada vez que emergen las redes de arrastre desde las profundidades abisales trayendo consigo todo tipo de criaturas desconocidas. Este proyecto busca explorar las fisonomías amorfas que retan a la imaginación a un duelo de posibilidades. Fauces abyectas, apéndices descomunales, cefalópodos mitológicos, peces portentosos, equinodermos inconcebibles para la ciencia. La ficcionalización de la naturaleza aquí es evidente y nos hace pensar en cómo serán los fósiles del mañana que dejarán nuestras tecno culturas, llenos de desperdicios electrónicos que geólogos tendrán que interpretar como parte de la era del Capitalocene y su impacto en la tierra.
Por su parte, el trabajo de la artista estadounidense Brenna Murphy txtrMap_terrainArray es un navegador interactivo basado en un sintetizador que
anima reproducciones visuales de material vegetal y datos topográficos en una
manera tentativa interespecial, ligada a una inter materialidad musical. La artista ve
esta página como un tapiz, un códice o canción que se estructura en cuadrículas
codificadas y animadas. Los materiales que se tejen en el marco de la página son
texturas, visuales y sonoras, que ha reunido con su lente, y otras han sido
generadas algorítmicamente. Esta pieza busca encontrar una forma de
comunicación no humana con las plantas. Por medio de traducciones deliberadas
de sonido, buscan generar nuevas ecologías donde experimentar una nueva forma
de comunicación vibratoria con el no-humano. Por su parte y pensando en estas
relaciones entre el mundo natural y el ser humano, la pieza de Cristina Figueroa “montaña adentro (respiración)” pone en tela de juicio las representaciones del
paisaje que se basan en la mirada antropocéntrica, las cuales Humboldt convirtió en
paradigma, pero que, en cambio, nos propone una mirada post-humana del paisaje.
Por su carácter de paisaje que respira, con su movimiento nos introduce a otras
lógicas para entender el paisaje desde el cuerpo y nos conecta con nuestra
naturaleza viva. Por otro lado, la pieza no pretende retornar a una visión romántica
de la naturaleza, de lo contrario, quiere visibilizar la concepción de la naturaleza en
si misma como una creación artificial, ya que la imagen del paisaje con al que
nuestro cuerpo resuena es una imagen mediada por la tecnología. Este paisaje es
una pieza artificial ya que su temporalidad es una extendida por medio de la
manipulación digital del video.
Por su parte, la artista Sonia Rojas con su pieza Obra en proceso, aborda la idea del
paisaje en dos diferentes momentos. En esta obra se puede vislumbrar una creación
de paisaje totalmente artificial, con sus 5 video montajes. A simple vista, estas
hermosas fotos paisajísticas, se nos revelan como reales y hermosas
composiciones que podemos encontrar en la naturaleza, pero si miramos con
detalle, encontramos que las fotografías no todas ellas han sido tomadas en el
espacio exterior, sino más bien son tomadas dentro del taller de la artista donde
cuidadosamente a recreado estos parajes en una maqueta en miniatura.
Adicionalmente, y por medio del video montaje, Rojas inserta en estos paisajes
ficticios a obreros de la construcción, que están en proceso de transformar el
paisaje, recordándonos de como el constante desarrollo del capitalismo están
afectando nuestro entorno natural día a día.
El intento de abordar una mirada no-antropocéntrica, es un tema y una
preocupación constante en varios de los artistas invitados a ser parte de estas
muestras; Es un interés común en tratar de ver la naturaleza desde otros puntos de
vista. En este sentido, el colectivo de artistas interdisciplinario, Atractor, nos
presenta su proyecto Los migrantes - una propuesta que parte del uso de el videojuego como herramienta para recrear la migración de el ave curruca dorada que en
el 2014 tuvo que desviar su rumbo migratorio por condiciones adversas creadas por
la crisis climática que afrontamos. El proyecto nos invita a tomar de nuevo el gesto
tecnológico amerindio de adoptar el punto de vista del animal. El juego problematiza
las relaciones entre el medio ambiente y las actividades tecnológicas y políticas que
lo contaminan: paredes, cercas eléctricas, antenas de comunicación y
contaminación. El juego de video sigue en proceso de desarrollo, con lo cual, para
esta muestra, el colectivo propone un performance online donde los miembros del
colectivo nos guiarán por los obstáculos que el ave tiene que surtir acompañado de
unas intervenciones sonoras. Usando la misma estrategia del videojuego y la idea
de la mirada no humana, usando como punto de partida el videojuego de David
O’Reilly, Everything, donde los jugadores pueden ir cambiando de corporalidades y
experimentar el mundo desde la mirada de un microorganismo hasta la de una
constelación, Sebastián Mira con su proyecto (U+1F4BB), decide hacerlo desde
un laptop, poniendo el juego automático, el computador recorre los mundos aquí y
allá sin tener un rumbo fijo aparente, mientras que en la pantalla aparecen subtítulos
que son transcripciones de crónicas de viaje y conquista. Nos hace pensar en estos
actores no humanos que cada día son construidos y que polucionan y conquistan el
mundo a manera de basura electrónica, y reflexionando si habitar la tierra es poblar
de formas, entonces habitar el reino digital es posible mediante el acto telemático
que supone una pantalla.
Mirando hacia el pasado pero proyectando reflexiones sobre el presente, la artista
Inglesa Anna Riddler, nos presenta una obra fascinante llamada Bloemenveiling,
una página web en donde se subastan videos cortos de tulipanes generados por
medio de inteligencia artificial, rememorando las subastas que surgieron en las
tabernas de la Holanda del siglo XVII cuando ocurrió el fenómeno llamado
Tulipmania. Esta pieza nos transporta a la idea del ilustrador botánico, que ha
entregado su trabajo a la máquina para que sean las redes neuronales, las
encargadas de crear estas nuevas ilustraciones a modo de video. Y, por el otro lado,
nos hace reflexionar sobre las formas en que la tecnología condiciona e impulsa el
deseo humano y la economía, creando sacralidades ficticias. Este complejo sistema
subasta estos videos, en el blockchain donde compradores humanos apuestan en
contra de robots que especulan con el precio de los tulipanes. Cada vez que se
hace una venta, miles de computadores alrededor del mundo, la comprueban, los
videos generados se descomponen a la semana de haber sido vendidos, dándole
esta idea de decadencia que podría tener una flor verdadera, dado así, la verdadera
obra de arte que el comprador está adquiriendo es el registro generado cuando se
hacer la compra. Esta obra entonces nos presenta con dos mundos totalmente
virtualizados que están poniendo en riesgo dos sistemas, el primero es el sistema
natural encarnado en los tulipanes, pero el segundo es el sistema financiero de los
estados nacionales, donde las monedas nacionales están perdiendo cualquier
importancia contra las criptomonedas.
Por su parte, el artista del Reino Unido Sol Bailey-Baker nos presenta un archivo
personal llamado Data Radio que está compuesto por imágenes científicas de
código abierto, imágenes de documentos desclasificados del gobierno, resonancias
magnéticas de sistemas neuronales, redes de hifas y modelos 3D de patrimonio
cultural. El artista nos propone una suerte de zona horaria orbicular donde la
historia, el presente y el futuro existen simultáneamente, ve el mundo como un
organismo coherente (como lo propone la hipótesis Gaia de James Lovelock),
donde la narrativa colonial está expuesta por su locura imperialista de tratar de
confinar y marcar redes irrefrenables dentro del mundo natural. El artista ve una
relación intrínseca entre ritualismo y nuevas tecnologías, y las teorías de
conspiración. El sonido que acompaña la pieza es un paisaje sonoro continuo,
construido por el artista a través de un proceso de recopilación y abstracción de
datos sónicos de satélites, ruido blanco, sonido concreto, archivos de sonido,
esculturas sónicas construidas como objetos chamánicos.
Hablando del viaje o expedición contemporánea encontramos la obra “Sin medir
distancias” de Juan Manuel Parra - una página web que se desarrolla a partir de
recorridos en buseta realizados por el artista, desde espacios rurales a espacios
urbanos y viceversa, poniendo en tensión el espacio físico y virtual, realizando viajes
digitales por medio de Google Maps. El artista genera micro-relatos que se
yuxtaponen entre sonido, imagen y texto. Pretende, de esta manera, disponer de
otro tipo de espacialidades alternando ejercicios hechos en el campo y detrás de la
pantalla. El artista, por medio de estos relatos absurdos, también muestra la
construcción del espacio rural como un espacio totalmente dominado por el hombre,
donde el animal otra vez aparece como un objeto para ser usado. Siguiendo la idea
de viaje y cerrando la muestra está la artista Angie Rengifo, la cual nos plante un
viaje interplanetario con su pieza Odd Horizon, donde encontramos las diferentes
teorías sobre la forma del planeta tierra. La artista se pregunta ¿qué son las
catástrofes naturales para un tierraplanista? Con Odd Horizons, Rengifo reflexiona
sobre la relación que existe entre las teorías respecto a la forma de la tierra con los
contextos sociales y culturales donde estas se gestan. Para la artista la forma en
que la tierra es concebida tiene una relación directa a la forma en que la humanidad
se ve a sí misma, y solo en una sociedad totalmente desligada y desconectada de la
tierra, como es la sociedad actual, habría cabida para ideas disparatadas de tierras
planas, donde los problemas reales como las crisis climáticas son vistos como
simulacros y no tomados en cuenta por el grueso de la población.
Juan Covelli.